Las claves de la ley accesibilidad de Barcelona
Apostar por edificios cada vez más accesibles y que no constituyan ninguna traba a la movilidad es un reto que debemos asumir en todos los países y ciudades para no discriminar a nadie. En este sentido, Cataluña aprobó en febrero de 2013 su proyecto de Ley de Accesibilidad, con el cual se pretendía apostar por una sociedad más inclusiva, facilitar la autonomía de los discapacitados y apostar al mismo tiempo por la no discriminación y la igualdad de oportunidades.
No obstante, hay muchos edificios privados y públicos que todavía no cumplen las exigencias y normativas de esta norma, que se basa en el Real Decreto Legislativo 1/2013. Y eso, a pesar de que el plazo finaliza a principio de 2018. Es decir, los edificios que ya existen deben adaptar su estructura y accesos a lugares como los ascensores y la entrada principal antes del 4 de diciembre de 2017. Por tanto, la ley de Accesibilidad en Barcelona es aún una asignatura pendiente que hay que solventar cuanto antes, pero que se puede superar si se cuenta con profesionales como los de nuestra empresa de ascensores.
Cómo adaptar un edificio a la ley de Accesibilidad antes de 2018
Tanto los administradores de fincas como los constructores de nuevos edificios y arquitectos deben tener muy presentes las condiciones y exigencias de esta ley, así como los propietarios de viviendas y empresas. No adaptarse a ella puede suponer sanciones de hasta 300.000 euros y, además, es una muestra de escaso civismo.
Esta ley no piensa tan solo en el acceso a la vivienda, sino también en aquel que permite usar espacios comunes como jardines, instalaciones deportivas, parques o aparcamientos. Afortunadamente, en ascensores Ramase contamos con las mejores soluciones y con el asesoramiento más profesional para conseguir que cualquier edificio se adapte a la normativa y que lo haga con el menor coste posible.
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